Quince pacientes, catorce ingresados actualmente en el Hospital SanJuan de Dios, crónicos, con trastornos mentales graves, y un paciente del dispositivo socio-sanitario de la Cruz Roja de Donostia, también con un trastorno mental grave, invitan a alumnos y alumnas de la Ikastola Almen, que han terminado brillantemente primero de bachiller, a convivir con ellos, a compartir su día a día, a ponerse en su lugar. La respuesta a esa invitación no puede ser más sorprendente, solamente nueve chicas, apoyadas en todo momento por sus padres, deciden dar un paso adelante. Esta es la primera lección que nos regala esta propuesta de convivencia, antes de empezar.
Veinticuatro personas hacen realidad el Proyecto Respaldiza. Conviven durante cuatro días a78 kilómetros de Santa Águeda, en el pueblo de Álava que da nombre al proyecto. Durante cuatro días, comparten los programas asistenciales, las actividades de la vida diaria, el tiempo libre, y juntos se hacen responsables de sacar adelante el desayuno, la comida y la cena de todos, durante el tiempo que dura la convivencia.
Nueve alumnas y quince pacientes, quince pacientes y nueve alumnas, se retan a hacer realidad ese lema, y de paso, decir a la sociedad que el estigma y los prejuicios que tenemos sobre los enfermos mentales, no tienen sentido ni cabida desde la tolerancia y el respeto al otro. Por eso, al lema “ponte en mi lugar,conecta conmigo”, suman su propio lema“Dino al estigma”.
Veinticuatro personas deciden darse una oportunidad, y no quieren que ni la edad, ni el sexo, ni la condición mental de cada uno, sea una traba entre ellos. Ese es su objetivo, y ese es su mensaje a una sociedad que quizá tenga que acercarse a una realidad que nos es cada vez más cercana, como es la enfermedad mental. Una sociedad que tiene que replantearse sus prejuicios sobre unas personas que no han elegido estar enfermos.
El proyecto Respaldiza ha sido, y sigue siendo muchas cosas.Una investigación que se lleva a cabo con la colaboración de la Universidad Juan Carlos I de Madrid, sobre la percepción que existe del enfermo mental, una experiencia donde las personas con trastornos mentales graves pueden medirse y comprobar que algunos pueden tener una vida distinta a la que proporciona un ingreso en una unidad de larga estancia. Una experiencia para que un grupo de personas jóvenes, que aún no tienen en su mochila la carga de los prejuicios, puedan ayudarnos a cambiar la imagen negativa que la sociedad tiene de las personas con una enfermedad mental. Pero sobre todo pretende ser una llamada de atención a todos, que vaya más allá del día mundial de la salud mental.
Desde Santa Águeda (Hospital San Juan de Dios), desde donde hace más de cien años habita la locura, junto con una institución docente (Ikastola Almen), han lanzado una propuesta cargada de sensatez y cordura, “da un paso, y di tú también no a los prejuicios”, porque detrás de la enfermedad mental, hay personas.
El resultado ha sido que veinticuatro personas se han graduado brillantemente en tolerancia, aceptación y compromiso. Y ahora nos dicen que la pelota está en nuestro tejado ¿seremos capaces de cogerla?